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Dejar ir 🍂

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Yoga

Dejar ir 🍂

Para Jorge Quiroz, con quien compartí tanta charla y risa.

Mientras iniciamos este último mes del año y nos preparamos para cerrar el ciclo del 2022, los días se acortan y las noches se alargan… La oscuridad se hace tangible, la naturaleza parece hacer una pausa que nos invita a buscar respuestas espirituales a las grandes preguntas de la vida.

A medida que el aire se vuelve seco, ligero y más claro y los árboles sueltan sus hojas, las cuales se pudrirán en la tierra para enriquecer al suelo con sus minerales. La presencia de las bellotas sobre la tierra parece encarnar la quietud de esta estación, ellas son la representación de esta pausa que es el último y también el primer paso del ciclo de una nueva estación.

Sentada en mi silla colgante, contemplo el bosque, los árboles, las hojas en tonos cafés y rojizos que han caído a mis pies y las bellotas que tapizan la tierra, pienso en el encino que sostienen a mi silla-columpio. Cada bellota contiene la conexión con el encino que la ha soltado, contiene también la conexión con el sol, la lluvia, el aire y la tierra que ha servido para su creación.

En este acto esencial de dejar ir cargando su conexión con cada aspecto de la vida, la bellota cae al vacío y ni ella ni el encino se aferran a anticipar lo que será o lo que pueda ser. La imagen de esa pequeña bellota cayendo sin saber si dará nacimiento a un nuevo encino o si simplemente permanecerá en la tierra para atravesar por su propia decadencia hasta pudrirse, ese acto tiene un gran potencial, nos enseña a dejar ir sin lamentarnos por lo que no fue y sin la anticipación por lo que podrá ser, en ese acto no hay sentido de apego, solo está el momento sagrado de dejar ir.

Ese momento, es la demostración de la bellota de conexión justo en el mismo instante de dejar ir,  pienso que también es un recordatorio de la exquisita belleza de vivir el momento presente sin apegos ni juicio, ese acto nos puede ayudar a afrontar el duelo en el momento en que somos llamados también a dejar ir. 

Mientras avanza la tarde y el ocaso muestra su belleza entre las montañas, pienso en todo lo que las herramientas del Yoga me han dado en la vida, es de los mejores regalos que atesoro. Yoga me ha enseñado poco a poco a estar en el momento presente y a dejar ir. Es por eso que mientras nos acercamos al invierno, las noches se vuelven más largas y la naturaleza hace una pausa antes de renacer o de lo que sea que traiga el siguiente ciclo, te invito a estar en la experiencia del yoga, a habitar tu cuerpo de una forma gentil, a tener una práctica suave y consciente de yoga a tu propio ritmo y sin prisas ni horarios. 

He decidido que como regalo de fin de año, este mes de diciembre he puesto a mitad de precio el curso de 21 días de Yoga para que puedas practicar desde tu casa en el momento que tu quieras y puedas repetir los videos de las clases que más te gusten. Los videos de 21 días de Yoga son clases de alrededor de 30 minutos, que te guían a través de prácticas simples donde el principal enfoque es ir profundo a la consciencia de tu cuerpo. Para mi consciencia es estar presente en tu experiencia, es estar conectada con lo que pasa dentro de ti sin perder conexión con la vida que sucede a tu alrededor.

Todo lo que tienes que hacer es visitar este link. El cupón para hacer válido tu descuento de -50% es: PRANA (en mayúsculas) y podrás tener acceso al material de forma permanente.

Disfruta de tu regalo mientras nos acercamos al final de este año. La práctica de yoga puede llevarte a cerrar con gratitud y gracia este ciclo y a transitar con inspiración el inicio del próximo. Deseo que tengas un luminoso cierre y un auspicioso inicio. 

Sólo te recuerdo que la práctica constante es lo único que te develará el tesoro, no hay varitas mágicas. Yoga es una progresión paulatina hacia la consciencia y la percepción pura y su horizonte es ilimitado.

Con amor.
Aceneth.