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Manejo de estrés a través de las herramientas del Yoga

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Yoga

Manejo de estrés a través de las herramientas del Yoga

A veces, cuando encontramos dolor o alguna limitación en nuestro cuerpo, queremos simplemente evitarlo o encontrar a alguien que nos ayude a que desaparezca como por arte de magia. Sin embargo, a menudo nos encontramos tan desconectados de nuestro organismo que perdemos nuestras habilidades para sentirlo, de manera que sólo a través del dolor nos acordamos de él y lo podemos sentir.

Actualmente la “vida moderna nos satura de estímulos como el ruido, las alarmas, el tráfico, los teléfonos celulares, la prisa crónica típica de las grandes ciudades etc., que nos mantiene en un estado de alerta en el cuál, nuestro sistema nervioso se encuentra constantemente sobreestimulado. Esto va generando confusión en nuestros sentidos y percepciones afectando la manera en cómo nos sentimos dentro de nuestro cuerpo.

El resultado son dolores musculares que pueden ir cambiando de lugar, molestias articulares, migrañas recurrentes, problemas digestivos, un sistema inmune deprimido, estrés psicológico, inquietud, alteraciones del sueño, ansiedad o depresión.

Otra manera en que también nos desconectamos de nuestro cuerpo, la cual ha sido motivo de muchos estudios en los últimos años, se trata del trauma emocional. Si algo muy impactante nos sucede, tendemos a desconectarnos de las partes del cerebro que nos ayudan a encontrarnos con nuestros sentimientos y así evitamos enfrentarlos.

Esto puede ser útil por un corto periodo de tiempo ya que nuestros sentidos podrían sobrepasarnos, pero a largo plazo nos deshabilita para poder interpretar asertivamente nuestras sensaciones. Cuando el sistema parasimpático se congela hay una contracción asimétrica del tejido y, si al cabo del tiempo no hay movimiento en esa área, se vuelve una “carga” que genera patrones de tensión que el cerebro no logra procesar, el resultado es una discrepancia no resuelta en el sistema nervioso.

En dichos casos podemos sobre reaccionar a los estímulos, desarrollando ataques de pánico o algunos otros síntomas en el cuerpo en respuesta a eventos aparentemente intrascendentes.

¿Cómo logramos reconectar con nuestro cuerpo?

La práctica de yoga nos ofrece mejorar la salud y tener bienestar al encontrarnos a nosotros mismos de nuevo. Al establecer contacto con nuestro cuerpo podemos ir descubriendo la causa de nuestros malestares, por ejemplo: nos damos cuenta de nuestra tensión muscular, de qué lado el cuerpo puede tener rigidez, de los hábitos posturales que nos provocan disfuncionalidad etc.

Aprender a sentir al cuerpo significa ponerle atención a las cosas que hemos dejado de atender, las que hemos ido ignorado y que damos por sentadas. Para lograr esto hay varias técnicas que nos pueden ayudar. La educación somática desde sus inicios surgió como una eficiente forma de reconectar con nuestro cuerpo. El yoga por su parte ha sido uno de los métodos más antiguos. En lo personal, incluir la conciencia corporal y la visión anatómica de un cuerpo vivo que nos ofrece la educación somática dentro de la práctica de yoga ha sido sumamente enriquecedor y eficaz.

El simplemente notar la contracción de un músculo cuando abordamos una postura, la sensación de soltar y relajar al salir de ella, la respiración, la aceleración o desaceleración del cuerpo en los diferentes momentos de una clase, el darnos cuenta y sentir el peso de nuestros huesos en el piso, descubrir los espacios que hay dentro de nuestras cavidades, sentir como se orquesta el apoyo del cuerpo en una mano o en un pie, etc.

En la práctica de yoga estamos todo el tiempo poniendo atención a nosotros mismos, generando un estado de presencia. Al traer la conciencia a la postura y al movimiento comenzamos un proceso de transformación e integración no solo a nivel físico, también mental, emocional y espiritual. El recordar la inteligencia innata del cuerpo, relajar el esfuerzo innecesario y aprender a soltar nos lleva al camino de Svadhyaya que es el autoconocimiento, uno de los principales peldaños del yoga según Patanjali. Lograr esto es una gran tarea, que requiere igual esfuerzo tanto para los más jóvenes y flexibles como para los adultos mayores o las personas con lesiones.

Este estilo de práctica de yoga difiere de aquel que solo es ejercicio físico y su enfoque es la forma externa, el resultado o la estética de un asana. En mi opinión, lograr elasticidad y fuerza no es la meta, pueden ser consecuencias de la práctica, pero sólo cuando la función lo demanda. Pienso que la práctica de yoga con enfoque somático es una manera de volver a integrarnos con nosotros mismos: cuerpo-mente, para poder reconectar con los demás y finalmente con el mundo a nuestro alrededor.

Hay un dicho en oriente: “Nadie excepto un pez conoce el corazón de un pez, nadie excepto un pájaro puede seguir la huella de un pájaro” En el trabajo corporal solo el propio cuerpo puede ser nuestro maestro, nuestro propio laboratorio y nuestra guía, todo lo que necesitamos es aprender a escucharlo.

Con amor, Aceneth.

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