He pensado últimamente en que tanto podemos crear cambios en nuestro cuerpo solo al cambiar la manera en que nos concebimos y la forma en que habitamos ese cuerpo. La educación de movimiento somático me ha guiado en el camino hacia los espacios internos de mí misma, con una sutileza y claridad casi mágicas.

Cuando nos atrevemos a explorar los paisajes internos, la continuidad, y la perfección que está dentro de nosotros, podemos notar que el cuerpo es un perfecto entramado, sin espacios desaprovechados, sin defectos.

Estoy convencida de que todos estamos capacitados en nuestra fisiología para sentir lo que está dentro de nosotros, pero a veces no es un proceso tan sencillo. Penetrar en ese medio ambiente, sentir sus cualidades y la interrelación de cada una de sus partes puede llevarnos un buen tiempo de práctica, pero sobre todo hay que perder el miedo a descubrirnos y a sentirnos en nuestra totalidad.

Cuando nos convertimos en un observador atento del flujo de las experiencias internas y nos permitimos notar con conciencia plena los pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales e impulsos que salen a la superficie, aprendemos que no es peligroso tener emociones o sensaciones.

A través de la práctica de yoga con enfoque somático encontré una manera nueva de sentirme y de relacionarme conmigo misma y con lo que me rodea, así como una forma más placentera y grata de estar en el mudo, desde la experiencia de “encarnar” mi cuerpo. Esto me ha llevado a sentir de una manera diferente mi practica de yoga, encontrando espacios en mi cuerpo donde antes no los había. He aprendido a apreciar mi cuerpo, haciendo las paces con quien soy y volviéndome más consciente de mis ruidos mentales.

Mi invitación es a que hagas tu propia exploración hacia los misterios mágicos de tu propio ser, y de esa forma descubrir con profundo respeto a la divinidad que te habita y que habita a cada ser vivo. El movimiento, la práctica de yoga, la respiración consciente y la meditación, son herramientas seguras y efectivas y son una manera de comenzar a develar al universo. Mi deseo es que encuentres en el gozo del movimiento, el gozo de la vida misma.